martes, 13 de septiembre de 2011


No vuelvas ha hacerme esto nunca más...
Amy caminaba velozmente por la calle principal de la atestada ciudad.
Las bolsas que transportaba pesaban tanto que amenazaban con cortarle la circulación pero eso no la hizo detenerse ni emitir un sólo sonido de protesta.
Una vieja vecina de su mismo bloque le había llamado con la voz teñida de preocupación anunciandole que su traviesa gata había decidido dar un paseo por el tejado.
Amy sorteaba peatones y corría en los semáforos que estaban a punto de pasar del familiar verde chillón al rojo intenso.
Por fin enfrente de la puerta de su piso introdujo la llave en la cerradura y la giró rápidamente.
* Katy??!!- su voz resonó por cada rincón silencioso del pequeño lugar.
Un ronroneo procedente del suelo hizo que los pulmones de Amy volvieran a respirar tranquilos.
Cojió a la pequeña gata que la miraba inquisitiva con sus pequeños ojitos abiertos de par en par.
*No vuelvas a hacerme esto nunca más...- y dicho esto Amy le acarició el cuello hasta que el hermoso animal se quedó profundamente dormido...

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